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En una semana en la que predominaron las noticias de delitos sexuales, el representante legal de una mujer que hace 10 años fue sometida en Tolosa

pidió modificar el código penal para castrar a los violadores sexuales. ¿Serviría para algo? Opinan psiquiatras, hombres de leyes y un antropólogo

A POLEMICA QUE DISPARO UN ABOGADO PLATENSE

¿La castración es la “cura” para

La crónica policial de la semana que pasó

estuvo atravesada por los delitos sexuales, con

historias muy fuertes y una formulación legal

tan polémica como sorprendente. En La Plata,

fue noticia la detención de un mecánico de

Tolosa sospechado de ser el apodado “sátiro de

las can-can”, un violador que en los últimos

seis meses atacó a por lo menos 12 chicas en

distintas zonas, con idéntico patrón: elegía a

víctimas jóvenes, las abordaba entre las 23 y

las 4 de la mañana y siempre cubría su rostro

con una media de nailon. Sólo una de las de-

nunciantes pudo verle el rostro y anteayer re-

conoció al acusado en una rueda de presos.

Hace una semana, el país se estremecía con

una noticia nacional que recordaba a la del

“chacal” austríaco Josef Fritzl, el hombre que

encerró y violó a su hija durante 24 años. La

víctima es de Mendoza, tiene 35 años y de-

nunció que su padre la violaba desde los 8. Tu-

vo con él siete hijos y aunque no estuvo en

ningún sótano, los investigadores estiman que

su trampa era el silencio de un círculo familiar

probablemente enfermo. Su hermano fue el

primero en hablar. Después, dos hermanas

denunciaron que también fueron abusadas

por su padre cuando eran muy chicas. La ma-

dre de la víctima (oficial de Justicia que se ha-

bría encargado de frenar cada investigación

que sobrevolaba la casa) declaró ante el fiscal

que ella “lo buscaba” al padre. ¿Y ella? La pro-

tagonista de este drama parece que se atrevió

a romper el silencio ante la sospecha de que el

hombre pretendía repetir la historia con sus

hijas nietas.

El imputado, de 65 años, se negó a declarar

ante el fiscal, pero accedió a decir unas pala-

britas a la guardia periodística que lo esperaba

en la calle: “No quiero vivir más” y “me equi-

voqué en todo”, fueron algunas de las frases

que lanzó antes de su traslado. Mientras tan-

to, en La Plata, un abogado causaba tremendo

revuelo al pedir la castración química o qui-

rúrgica (amputación del pene) para el acusado

Mendoza.

Este

hombre de 65

años fue

detenido por

violar a la hija y

tener con ella

siete hijos -

nietos

Austria

. Fritzl

estremeció al

mundo al

descubrirse

que había

mantenido a su

hija encerrada

en un sótano

durante 24

años, para

someterla

La Plata, domingo 17 de mayo de 2009

TRAMA URBANA

Por Fabián Quintero (*)

Pocos delitos impactan más que

el de violación. La violación se

constituye en un fenómeno común

cuando las tropas invasoras nece-

sitan quebrar la resistencia de los

invadidos. Lo fue en Vietnam, en

Bosnia o en la conquista española

de América.

El impacto que ejerce este tipo

de delito aberrante sobre la psi-

quis humana es justamente la base

necesaria para su utilización.

Se puede escuchar bastante en

los medios sobre el delito sexual.

Existen una serie de mitos que se

tejen en torno al delincuente se-

xual. Se ha dicho en numerosos

anuncios y pareciera ser una cre-

encia común que los delincuentes

sexuales no se recuperan y tienen

una reincidencia del 80 por ciento.

Tal afirmación contradice todo el

conocimiento científico que se ha

ido construyendo en los últimos 20

años con gran esfuerzo y rigurosi-

dad. Estos estudios han mostrado

que mucho de lo que sostenemos

sobre los delincuentes sexuales se

basa en comentarios y mitos, y no

en un marco de conocimiento ba-

sado en la evidencia.

Así, en uno de los estudios de

meta análisis de mayor envergadu-

ra informó que la reincidencia ge-

neral era del 13,4 por ciento (Han-

son y BussiŠre, 1998). Este trabajo

incluyó 23.393 casos y los autores

concluyeron en la efectividad de

aplicación de tratamientos en la

disminución del riesgo de reinci-

dencia. Por otro lado, trabajos co-

mo los de Doren y Yates (2008)

muestran el alto grado de rigurosi-

dad científica con el cual se están

desarrollando las investigaciones

de reincidencia de los delincuentes

sexuales.

De esta manera, en los países

donde se apuesta al tratamiento

con la seriedad necesaria, el trata-

miento funciona. En otros países

donde la política se encuentra pla-

gada de mitos y creencias, se ins-

tauran soluciones mágicas con una

doble función.

Cabe aclarar que los delincuentes

sexuales son un grupo heterogé-

neo que incluye un sinnúmero de

perfiles. Existen, asimismo, muchas

condiciones que operan en este ti-

po de delitos, como las psicológi-

cas y las culturales.

El desconocimiento sobre la natu-

raleza heterogénea de los delin-

cuentes sexuales conlleva un pro-

blema serio. Un pequeño grupo de

los delincuentes sexuales son psicó-

patas. Se sabe desde hace muchos

años que las terapias para este gru-

po específico pueden resultar peli-

grosas si se aplican sin conocimien-

to previo, siendo la modalidad de

comunidad terapéutica de peligro-

sidad extrema (Harris, 1994).

En algunos países, como Estados

Unidos, se separa a este grupo de

delincuentes con el nombre de

“depredadores sexuales” y se ha

planteado la modalidad de castra-

ción química como un modelo de

control para estos delincuentes pe-

ligrosos. El problema es que este

tipo de delincuentes no disfrutan

simplemente del acto sexual, sino

del ejercicio de poder relacionado

con el sufrimiento ajeno y para es-

to no necesitan tener una erección.

(*) Antropólogo e investigador

de la UNLP

“Se tejen muchos mitos sobre los delincuentes sexuales”

Referencias:

Hanson RK, BussiŠre MT. 1998.

Predicting Relapse: A meta-Analysis

of Sexual Offender Recidivism Stu-

dies, In: Journal of Consulting and

Clinical Psychology, 66(2):348-362

- Scalora MJ, Garbin C. 2003. Int J

Offender Ther Comp Criminol. Jun;

47(3):309-23.

A multivariate analysis of sex of-

fender recidivism.

- Doren DM, Yates PM. 2008. Ef-

fectiveness of sex offender treat-

ment for psychopathic sexual of-

fenders. Int J Offender Ther Comp

Criminol. 52(2):234-45

- Harris GT, Rice ME, Cormier CA.

1994. Psychopaths: Is a Therapeutic

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peutics Communities 15(4):283-299

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