Yamaha R-V1105 Manuel d'utilisateur Page 13

  • Télécharger
  • Ajouter à mon manuel
  • Imprimer
  • Page
    / 32
  • Table des matières
  • MARQUE LIVRES
  • Noté. / 5. Basé sur avis des utilisateurs
Vue de la page 12
La Plata, domingo 17 de mayo de 2009
13
Cuando el 13 de noviembre últi-
mo Hoy publicó un artículo que lle-
vaba por título “Necesita la ayuda de
los platenses para tratar su afección
en Cuba”, Silvia Esther Funes
-Fany- se desplazaba en un triciclo
“tipo bicicleta” y apenas podía cami-
nar con la ayuda de un par de basto-
nes canadienses, de esos que se cal-
zan en los brazos. Con mucho es-
fuerzo, reunió los miles de dólares
que tanto necesitaba y pudo dar ese
paso, necesario y fundamental, que
le permitió viajar a la isla y regresar
como lo había soñado.
¿Milagro de la ciencia? No, nada
de eso. Sólo una conmovedora ac-
ción solidaria que le permitió acce-
der a ese tratamiento que tanto
anhelaba. Fany tenía razón: volvió a
caminar como ya no podía hacerlo,
y ese bastón de madera que la acom-
paña a todos lados sólo está ahí, por
la dudas. “Porque hay que ir recupe-
rando terreno de a poco”, dijo re-
cién llegada de Cuba.
Pequeña y grande a la vez, la suya
es una de esas historias que merecen
ser contadas, no sólo para sembrar
alguna esperanza en medio tanta de-
sazón, sino para recordar aquello de
que cuando se quiere se puede.
La afección
Corresponderá recordar entonces
que Fany vino a este mundo hace 46
años en Santiago del Estero y que
lleva la mitad de ellos viviendo aquí,
en La Plata.
Las complicaciones irrumpieron en
su vida hace prácticamente una déca-
da, cuando los síntomas iniciales fue-
ron mutando hacia un deterioro físi-
co que, lamentablemente, resultó
progresivo. Después supo que sufría
el llamado síndrome postpolio, afec-
ción que le infligía terribles dolores
musculares y que prácticamente no
les dejaba pegar un ojo.
Desesperada, comenzó a buscar
información en la web y conoció la
existencia del Centro Internacional
de Restauración Neurológica (Ci-
ren), ubicado en ciudad de La Ha-
bana.
Se propuso viajar y pudo hacerlo
gracias a las colectas que realizaron
sus compañeros del ministerio de
Salud bonaerense, los aportes de los
trabajadores de otros organismos
-como el Astillero Río Santiago- y el
apoyo solidario de la comunidad en
general.
Destino, La Habana
Aunque se esfuerza, Fany no logra
contener la emoción. Se toma un
par de segundos para desatar el nu-
do que se le atora en la garganta, re-
cupera la voz y se larga a contar las
vivencias de aquel viaje que inició el
27 de noviembre.
De entrada tuvo problemas con el
triciclo. Los operarios del aeropuer-
to de Ezeiza le decían que si no lo
plegaba, no podía llevarlo, pero co-
mo estaba soldado no lo podía ple-
gar. Las discusiones alteraron la cal-
ma y fue así como los pasajeros sa-
lieron a apoyarla. “Entre charla y
charla me dijeron que podía llevarlo
si pagaba 100 dólares”, dijo Fany, y
exclamó: “¡Claro que no los tenía!”.
Fue ahí cuando la suerte le hizo
otro guiño y apareció una comer-
ciante de Ensenada que pagó dicho
arancel. Luego, las autoridades del
aeropuerto dieron marcha atrás,
Fany quiso devolver el dinero y la
mujer no se lo aceptó.
“Lo que hicieron fue como sacarle
la silla de ruedas a alguien que la ne-
cesita”, comentó aún dolida por la
reacción de los administradores de
Ezeiza. Pero en Cuba la cosa fue to-
talmente distinta, ya que la estaban
esperando con una ambulancia que
la llevó directamente al instituto de
rehabilitación, en el que estuvo has-
ta el 1º de enero.
La mejoría era evidente. Pero ese
día se le acabó el dinero y quedó li-
teralmente en la calle: “Empecé a
dormir en los micros y cuando
terminaba el recorrido lo hacía en
las paradas. Estuve veinte días así,
pero en ninguno de ellos pasé ham-
bre, gracias a la solidaridad de esa
maravillosa gente que no está acos-
tumbrada a dar lo que le sobra, sino
a compartir lo que tiene”.
Fany comió en casas de familias
hasta que su caso llegó a oídos de la
Federación de Mujeres Cubanas y
terminó hospedada en el hotel de la
Central de Trabajadores Cubanos.
“Sin más interés que el amor por los
demás”, los cubanos le adaptaron la
habitación para que pudiera seguir
adelante con sus ejercicios terapéu-
ticos. Luego llegó el dinero que le
enviaron desde la Argentina y pudo
seguir con el tratamiento, que no
fue medicamentoso sino que consis-
tió en un trabajo de rehabilitación
intensivo y personalizado.
Con el aval de sus compañeros
que se lo habían regalado, Fany le
dejó el triciclo a la clínica y regresó
con la firme decisión de volver en
ocho meses para completar la tera-
pia. Espera que para entonces el Ins-
tituto de Obra Médico Asistencial
(IOMA) haya aprobado los trámites
que inició hace tiempo.
“El año pasado me dijeron que el
tratamiento no tenía fundamentos
científicos -¿será por eso que en la
Argentina no se consigue?-, pero
ahora voy con esta prueba contun-
dente que, por supuesto, soy yo”.
Fany recuperó el humor y eso tam-
bién es importante.
Fany sufre el llamado síndrome postpolio, y pudo tratarse en La Habana gracias a la ayuda de
los platenses. El tratamiento hizo que volviera a caminar sin mayores dificultades. Habló sobre
las noches que tuvo que pasar en la calle y destacó la solidaridad del pueblo cubano
C
UANDO SE QUIERE SE PUEDE
Durante las sesiones que realiza-
ba de 8 a 12, Fany se encontró con
pacientes que provenían de distin-
tos países de Europa y hasta con
estadounidenses que no encontra-
ron un tratamiento como ése en
su país.
Pero lo que más le impactó fue-
ron las postales urbanas: “No vi a
ningún niño pidiendo limosna, no
había gente buscando entre la ba-
sura, ni se advertía la existencia de
drogas. Durante todos esos meses
no escuché ni una sola vez la sire-
na de la policía, y me maravillé al
ver cómo los chicos jugaban, de
noche, en las plazas y las calles”,
dijo esta mujer que acaba de reali-
zar un tratamiento en Cuba.
Fany sólo tiene palabras de agra-
decimiento hacia la isla que go-
bierna Raúl Castro.
Se hace camino al andar
Postales de La Habana
Vue de la page 12
1 2 ... 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 ... 31 32

Commentaires sur ces manuels

Pas de commentaire